- El accionista que invirtió en BME en su salida a Bolsa ha alcanzado un retorno total (TSR) del 115%
- Más de 1.500 millones de euros en dividendos durante estos diez años
- La Bolsa española, líder mundial de financiación facilitada a las empresas cotizadas, con más de 460.000 millones de dólares en el último decenio
BME ha abonado durante los 10 años como cotizada más de 1.500 millones de euros en dividendos, de forma que el accionista que invirtió en la salida a Bolsa ha alcanzado en este período un retorno total (TSR) del 115%, según ha señalado el presidente de BME, Antonio Zoido, en un acto celebrado hoy en la Bolsa de Madrid con motivo del décimo aniversario.
El presidente de BME se ha referido a la crisis, destacando el hecho de que el modelo de financiación basado en un alto endeudamiento ha evidenciado unos riesgos inasumibles al tiempo que un nuevo modelo de financiación ha comenzado a fraguarse, un modelo que corrija la desequilibrada proporción existente entre banca y mercados.
Según Antonio Zoido el sistema debe reequilibrarse con más capital y menos deuda, y los mercados han asumido una parte sustantiva en este proceso de transformación como complemento a la financiación más tradicional.
La Bolsa española, líder mundial de financiación a empresas
En este sentido un dato que revela la fuerza de este movimiento de búsqueda de un mayor equilibrio en la financiación, una adaptación inteligente de las empresas que cotizan en la Bolsa, y la capacidad y fiabilidad de los instrumentos que BME gerencia y pone a su disposición y la confianza internacional de los inversores, es que la Bolsa española ha sido, en el último decenio, el líder mundial de financiación facilitada a las cotizadas con más de 460.000 millones de dólares, con datos de la Federación Mundial de Bolsas (WFE).
Recuperar la confianza, una de las tareas más difíciles
El presidente de BME ha señalado que “la recuperación de confianza ha sido otra de las tareas más difíciles, pero necesarias desde el primer momento que estalló la crisis, que abrió un proceso de reformas en la regulación y supervisión financiera impulsadas desde el G-20. Desde entonces, y hasta hoy, el desafío normativo, regulatorio, institucional y empresarial ha sido de gran calado”. En esta línea, Zoido recordó que “cada una de las actuaciones llevadas a cabo por BME en estos años ha tenido un denominador común: reforzar la seguridad, la estabilidad, la responsabilidad y el control de riesgos”.
“Hay un dato que me parece especialmente significativo y que creo que ilustra el interés por nuestro mercado y la confianza que genera nuestro sistema, -añadió - la internacionalización de la Bolsa española desde 2006, que ha llevado a aumentar la participación de no residentes en la negociación de acciones del 58% a más del 80%”.
“La tecnología ha sido un factor determinante y necesario para llevar a efecto los objetivos señalados. Por un lado, ha facilitado el desarrollo y modernización de los mercados de valores para ofrecer nuevos productos; menor tiempo en la ejecución de las órdenes; mayor número de transacciones y mejoras en las respuestas a las necesidades de clientes e inversores y, por otro, ha adecuado los nuevos sistemas de negociación al nuevo entorno normativo”.
Un pequeño dato de los sólidos niveles de negociación alcanzados evidencia la importancia de un adecuado soporte tecnológico: el pasado 24 de junio fue el segundo mejor día en negociaciones en la historia de la Bolsa (672.000), frente a la media de 90.300 negociaciones al día en 2006.
Referente internacional
En relación con los indicadores de gestión, BME continúa siendo un referente internacional. En términos acumulados, el Ratio de Eficiencia, que mide la relación entre costes operativos e ingresos, mejoró en 2015 hasta el 29,6%, mientras que el ROE se ha mantenido en el nivel del 40,9%, en un marco de gran solvencia financiera. Por su parte, los ingresos no dependientes de volúmenes negociados cubren más del 117% de los costes con lo que BME está demostrando una correcta adaptación a la revolución financiera a la que estamos asistiendo.
Zoido concluyó su intervención recordando su discurso de apertura de cotización en 2006 en el que afirmó que sin abandonar las misiones tradicionales de la Bolsa, “deberíamos adquirir perfiles propios de cualquier compañía tratando de mejorar nuestros ratios empresariales y generando rentabilidad a nuestros accionistas”, objetivos satisfactoriamente cumplidos.